(Manolín, avezado pescador Andalusí)
Bueno después de romper el hielo y arrancar alguna que otra sonrisa, centrémonos más seriamente en el tema principal del artículo que no es otro que un insecto de gran envergadura que muchos de nosotros conocemos, y que corretea entre las piedras con sus alas plegadas horizontales sobre el cuerpo. Comúnmente llamados Plecópteros palabra que procede del Griego (Plecto= plegado, pteron=alas) del que tantas veces se ha escrito y del que resulta difícil contar algo nuevo.
Científicamente conocida como (Perla bipunctata) también es llamada en otras latitudes como mosca de la piedra, perla máxima, y “Stone fly” para los ingleses.
Las hembras de estos insectos una vez fecundadas vuelven a depositar sus carga de huevos con violentos golpes sobre la superficie del agua, y levantan el vuelo torpemente para de nuevo realizar esta operación, y dejar toda su descendencia en el liquido elemento, momento que aprovechan en algunas ocasiones las truchas para dar buena cuenta.
El insecto macho no es muy tenido en cuenta para la pesca en superficie en la fase adulta puesto que el mismo carece de alas desarrolladas para el vuelo y raramente se puede ver en la superficie del agua.
Su larva es la que se conoce como 'gusarapa', incluso 'draga' aunque aquí en Andalucía nos entenderíamos mejor, hablando de la ninfa de la pava, que trataremos en posteriores artículos.
La ninfa sale reptando del agua a través de la vegetación o las piedras situadas a la orilla del río y una vez allí, rompe su exuvia para convertirse en adulto y seguidamente emprender el vuelo.
Posiblemente si te has fijado bien, habrás podido observar muchas exuvias vacías encima de las piedras incluso entre la vegetación sobre todo en ríos de alta montaña turbulentos y en corrientes que discurren por terrenos calizos. Por esa razón, la llaman 'mosca de la piedra'.Todas las especies de Plecópteros son intolerantes a la contaminación y su presencia es un bioindicador de la calidad del agua.
Las Moscas de las piedras adultas viven aproximadamente tres semanas que pasan entre las piedras del borde del agua y sobre la vegetación de ribera.
He de reconocer, procediendo de ríos de llanura donde lo que prima en la pesca, es la sutileza, las minudencias y miniaturas, la primera vez que vi un Escobón (término granadino que se utiliza para definir la imitación de estos insectos por su similitud con los pelos de una escoba) flotando en el agua, me provocó una sonrisilla fuera de lo común, yo dejándome la vista en el agua para poder ver la deriva de mis moscas, y estas las veía a 30 metros de distancia.
Lo más cachondo fue cuando pude observar como truchitas del tamaño de la mosca saltaban como si quisieran abrazarla y ahogarla, esto es afán de supervivencia.
En algunos lugares aseguran, que esta mosca no es apreciada por las truchas, no lo voy a poner en duda, pero quizá se trata más del momento en el que se quiere pescar con esta imitación, que la efectividad de la misma o la apetencia de las truchas en otras situaciones.
Efectivamente he tenido eclosiones masivas de esta especie, y no se ha movido tan solo un pez que haya podido apreciar para comer una de estas moscas, sin embargo existen otros momentos puntuales donde los ejemplares de esta especie son anecdóticos en un número limitado y las aguas son relativamente altas, estos momentos son los que mejores resultados me han ofrecido.
Aunque en muchos casos, la imitación mas generalista puede ser una Stimulator, prefiero realizar una imitación más específica y prestar mucha atención a la similitud del colorido general, es una garantía de éxito. (En otro artículo realizaremos un montaje paso a paso de esta imitación)