martes, 28 de diciembre de 2010

PESCA EN INTENSIVOS

En la época invernal, la pesca a mosca en Andalucía se centra principalmente en la pesca del lucio, de ciprínidos así como de la trucha arcoíris en cotos intensivos. En caso de no ser especialmente aficionado a estas especies, ha llegado la hora de revisar y limpiar el equipo; sobre todo si dejásteis las líneas de plástico metidas en el carrete, no vendría mal estirarlas, limpiarlas y aplicarles algún producto para su mejor conservación.

Con esto evitaremos que se resquebrajen o cuarteen, y nos servirán para la próxima temporada.
Por el contrario, si nos pica el gusanillo de la pesca, podemos intentarlo con alguna de las especies anteriormente citadas, puesto que la pesca de la trucha común se encuentra en periodo de veda total, en todas las masas de aguas Andaluzas desde finales de agosto hasta finales de marzo en aguas de baja montaña, y de principios de mayo a finales de septiembre en aguas de alta montaña, salvo excepciones.
En esta ocasión, y a pesar de que la pesca en cotos intensivos no es una de nuestras actividades favoritas, nos hemos decidido a pescar en el intensivo del Charco de la Cuna, situado en la zona baja del río Borosa.
Este intensivo ha sido desplazado a la zona baja del río Borosa en años anteriores, hasta un azud, que resulta imposible franquear por las truchas arcoíris con las que se realizan sueltas.
Aunque en el Plan de Ordenación de Recursos Naturales del Parque de Cazorla Segura y las Villas se especifica la prohibición de sueltas de especies foráneas dentro del interior del Parque Natural, la administración mantiene el coto intensivo activo para la pesca intensiva de lugareños y clubs de pesca.

El límite superior se estableció en el azud, para evitar en lo posible la propagación de enfermedades por parte de las truchas arcoíris criadas en cautividad.
A pesar de todo esto, el cambio ha sido notable en los últimos años, no sólo en este río, sino en toda Andalucía en general. La piscifactoría que existe en el río Borosa, dedicada tradicionalmente a la cría de trucha arcoíris para sueltas de pesca intensiva, tiene en la actualidad una función bien distinta, como es la cría en cautividad de alevines de trucha autóctona, estableciéndose un banco genético para refuerzo y repoblaciones en casos puntuales o de extrema necesidad.
Bueno, como no podía ser de otra manera, nos calzamos los wader y preparamos equipos de cañas de 10 pies, líneas 5 y 4 y caña de 11 pies línea 4, por el excesivo caudal que circulaba, y los resultados no se hicieron esperar.
Las truchas arcoíris se aferraban al fondo de las pozas principales evitando ser arrastradas por la corriente. El truco que tiene este tipo de pesca es poner las artificiales tan cerca como sea posible de su canal de alimentación, para evitar que las truchas tengan que realizar desplazamientos tras las artificiales.
Eso sí, hay que estar muy atentos a los movimientos laterales o cualquier movimiento del nylon que delate la picada de las arcoíris.

Una vez se sientan atrapadas por el engaño, son peces vigorosos, y potentes, con saltos y cabriolas fuera del agua, que en muchos casos terminan con la pérdida del pez, más aún con la utilización de anzuelos sin muerte, como en nuestro caso. Pero lo importante este día es matar el gusanillo de la pesca y pasar un día en contacto con la naturaleza.


Cascada bajo el azud, coincidente con el límite superior del coto intensivo.



Las truchas, aunque tardaron, no pudieron resitir la tentación de los streamers y las imitaciones de huevas de color salmón muy lastradas.


Este es buen momento para enseñar y crear afición entre los más pequeños.


Una buena captura para el recuerdo.



En esta ocasión la temperatura, el tiempo y las aguas nos deleitaron con un buen día de pesca y de compañerismo con los mas jóvenes.


Y lo mejor de todo es que en estas aguas siguen existiendo astutos y robustos barbos que ponen a prueba nuestros materiales, eso si se dejan engañar....

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