domingo, 26 de diciembre de 2010

DONDE TODO COMIENZA


Pues así es como vamos a empezar, donde comienza nuestra aventura, y donde más o menos se inicia la aventura de la cuenca hidrográfica mas extensa dentro del territorio andaluz. La cuenca del Guadalquivir.
Tradicionalmente nace en la Cañada de las Fuentes, aunque la fuente mas lejana a la desembocadura se localiza en Santonge, Almería.
Su cuenca hidrográfica abarca territorios de las ocho provincias andaluzas, desembocando en el Océano Atlántico por Sanlúcar de Barrameda, en un amplio estuario.
Es el quinto río por longitud de la Península Ibérica.
Su nombre deriva del árabe al-wadi al-Kabir الوادي الكبير («el río Grande»), mientras que los romanos lo llamaron Betis y los griegos, que se interesaron por el Gran Río del sur de Hispania a través de la información recogida por los fenicios, lo llamaron Tharsis, Río de Tartesos.

Sin ánimo de polemizar, nuestra aventura no se centra en buscar cual es la fuente mas lejana o el nacimiento real de tan histórico río, ni recorrerlo en su totalidad, por lo pronto.
Con nuestro viaje intentamos buscar o encontrar el sentido de nuestra afición, la pesca a mosca.

Por este motivo tenemos la necesidad de conocer dónde nació o donde todo comienza.

La pesca a mosca de la trucha común, tal y como la conocemos hoy en día, como una pesca sostenible, sin muerte en todo el territorio andaluz, empezó a dar sus primeros pasos en las aguas del Alto Guadalquivir, en afluentes como el Río Borosa y el Río Aguamulas.
El río Borosa albergó el primer coto sin muerte de toda Andalucía y ha sido uno de los primeros en tener una figura de protección de grado A . En la actualidad hay dos excelentes cotos, de alta y baja montaña, ambos de pesca sin muerte.
Por este motivo nuestra aventura en este caso nos lleva a su nacimiento, al corazón de nuestra propia afición.


Con no pocos problemas, debido al hielo, pudimos recorrer el carril que lleva de Vadillo Castril a la Nava de San Pedro, y apesar de los contratiempos con las cadenas del coche, pudimos llegar al Collado de Fuente Bermeja, desde donde partimos a pie hasta el nacimiento de nuestro río.


En esta ocasión disfrutamos de la experiencia Óscar, Juan Miguel, Andrés y el que escribe.


Conforme nos adentrábamos en la sierra y en el valle que da origen al Río Borosa, empezaba a manar agua de cualquier sitio, más aún con la temperatura diurna que nos dio un respiro.


Algunas formas rocosas nos indicaban el camino hacia el nacimiento del río.


Los días y noches anteriores habían sido gélidas, en algunos casos se pudieron escuchar algunas avalanchas de chupones de hielo colgantes de las paredes verticales bajo la atenta mirada de los buitres leonados.


Pudimos sorprender a algunos muflones, cabras y cérvidos, además de poder seguir sus evidentes rastros sobre el manto blanco que cubría la totalidad del camino.


Cada vez se hacían más evidentes los sonidos del agua, incluso se podía ver rezumar agua subterránea en distintos puntos que aumentaban cada vez el caudal del pequeño río que empezaba a tomar forma.


Vista gélida del Río Borosa, tras su formación por diferentes fuentes y arroyos. Río joven, saltarín, trasparente, rumoroso, con un encanto especial y un azul perenne.


Por fin, después de una larga caminata, llegamos a la laguna de Valdeazores, donde el agua se remansa y acoge las primeras aguas del Río .

Nosotros aprovechamos para reponer fuerzas, mientras como buenos pescadores observamos qué sucede bajo la superficie en estos días fríos. Se trata de una zona vedada a la pesca.


De camino el río sigue su rumbo y nosotros con él ,dirección a la laguna de Aguas Negras, disfrutando de los increíbles paisajes y acompañados desde el principio por centenares de pinos laricios.


De nuevo encontramos nuevos manantiales de aguas subterráneas, que brotan por los lugares más insospechados.


Llegamos al Embalse o Laguna de Aguas Negras, junto al estrecho de los perales, con vistas espectaculares.


Con los chupones de hielo desafiantes en la cueva de la central hidroeléctrica.


Y por fín llegamos a nuestro destino, el gran borbotón de agua limpia que surge de las entrañas de la tierra, bajo la atenta mirada de un pino verde, el mismísimo corazón, desde el que comienza nuestra afición.

Como escribió Antonio Machado :

¡Oh Guadalquivir!
te vi en Cazorla nacer
hoy en Sanlúcar morir.

Un borbollón de agua clara,
debajo de un pino verde,
eras tú, ¡qué bien sonabas!

Como yo, cerca del mar,
río de barro salobre,
¿sueñas con el manantial?


1 comentario:

  1. oye muy guapo y cuidado el blog, aunque no soy de pescar, pero los parajes merecen la pena, por cierto yo hice la ruta del Borosa desde la piscifactoría hasta Valdeazores y es preciosa.

    mi blog es http://elbarrigueta.blogspot.com
    un saludo Antonio.

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